Como suele pasar en estos casos, comienzan los contratiempos. Estamos a la espera de la llamada que nos confirme que podemos volar, pero por ahora el viento se ha puesto en nuestra contra. Lo peor de esta situación es que cada 3 horas tenemos que estar localizados por si acaso cambia, y en media hora tenemos que estar listos para embarcar. Es un poco agónico y cuando se acerca el mometo y te dicen "no", comienza una nueva espera. Nos conocemos Punta Arenas a la perfección y aunque es un sitio tranquilo y agradable ya tengo ganas de pisar el hielo.
martes, 16 de diciembre de 2008
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